Nuestro sistema educativo tiene la responsabilidad de formar a los más jóvenes para que construyan su propia vida con éxito. Deben estar preparados para aprovechar el abanico de oportunidades que se les van presentando, ya sea trabajar para otros, emprender, o hacer una contribución a su comunidad. Cualquier opción requiere un conocimiento profundo de la disciplina escogida, así como desarrollar habilidades creativas de resolución de problemas, habilidades de liderazgo y flexibilidad para adaptarse a un entorno en constante cambio. Estas habilidades son las que esperan encontrar los reclutadores en los universitarios recién graduados y constituyen la piedra angular de la educación empresarial.
Por lo tanto, junto a la enseñanza de materias tradicionales, como las ciencias, la lengua, o la historia, es un imperativo enseñar a los estudiantes a ser emprendedores, entrenándoles para identificar oportunidades y abordar desafíos.
Como ocurre con todas las habilidades, desde las matemáticas a la música, ser emprendedor requiere dotes innatas, pero se puede aprender. Por ejemplo, pensemos en la lectoescritura. El bebé aprovecha su capacidad innata de balbuceo y gradualmente aprende a unir sonidos formando palabras, a conectar palabras formando oraciones y, por último, a combinar oraciones para crear historias.
Igualmente, el espíritu emprendedor se enseña utilizando un andamiaje basado en nuestro talento natural para imaginar:
- La imaginación es la capacidad de representar o crear cosas que no existen o no están presentes.
- La creatividad consiste en aplicar la imaginación para dar respuesta a un desafío.
- Cuando se pone en marcha la creatividad generando soluciones únicas a los desafíos, se produce la innovación.
- El espíritu empresarial consiste en aplicar la innovación, inspirando la imaginación de otros.
Usando este marco de referencia, los educadores de cualquier nivel pueden ayudar a los jóvenes a relacionarse de otra manera con el mundo que les rodea, para visualizar lo que podría ser diferente, experimentar con soluciones creativas, perfeccionar su capacidad para reenfocar los problemas con el fin de proponer ideas novedosas y, por último, trabajar con ahínco para implementar sus ideas, inspirando a su vez a otros.
Además, si no hay cabida para enseñar emprendimiento como una rama o materia independiente en el sistema educativo actual, se puede fusionar con estudios como Economía, Historia, Estudios Comparativos, Educación Empresarial o Psicología.
Incorporar el espíritu emprendedor desde el nivel escolar, permitirá inculcar una serie de rasgos fundamentales desde una edad muy temprana:
La paciencia
Los negocios florecen con el tiempo. En muchas ocasiones establecerse de manera sólida requiere incluso décadas, tiempo en que el empresario ha de ser paciente y esforzarse para mantener vivo su negocio en todo momento. Desarrollar el espíritu empresarial desde la escuela permitirá que los jóvenes entrenen la tolerancia a la frustración y se acostumbren al largo periodo de tiempo requerido para que la inversión en un negocio dé sus frutos.
La flexibilidad y adaptabilidad
Hacer negocios no es tarea fácil. Es natural que se alternen épocas buenas y no tan buenas sucesivamente. Aprender a sobrevivir, o saber gestionar estar en la cresta de la ola, es algo que se puede aprender también desde una etapa temprana si se introduce el espíritu empresarial en la escuela.
El deseo de logro.
En las etapas más incipientes del desarrollo académico y profesional, a veces se omite o se deja en un segundo plano la opción de emprender.
Pero es el “hambre de logro”, la lección fundamental de la materia de empresariales, lo que permite el progreso, ayudando a los alumnos a tener éxito en cualquier profesión.
Ser emprendedor no solo beneficia a las personas que se dedican a la ciencia, la tecnología o los negocios. Los estudiantes de arte, música y humanidades suelen desarrollar la imaginación a través de su formación y pueden aprender a aplicar sus habilidades de pensamiento creativo a otros problemas del mundo real.
Encontrar los talentos que mejor se adapten a los distintos puestos de trabajo y organizaciones es una tarea ardua, que sin duda supone un gran desafío para los reclutadores. En la actualidad es esencial averiguar si los gerentes o equipos de trabajo están bien equipados para trabar en remoto. Lograr una buena sintonía requiere, además, un conocimiento profundo de la personalidad, fortalezas, debilidades, intereses, estilos de trabajo y otras características, de cada integrante del equipo.
Nuestra tecnología y soluciones harán el trabajo por usted, ayudándole a descubrir si sus equipos de trabajo son eficaces en tiempos difíciles, si las personas de su organización tienen las competencias y habilidades adecuadas para trabajar de manera autónoma y si hay una buena integración de todos los miembros del equipo, tanto en modalidad de trabajo presencial, como en remoto.
Dado que nuestra plataforma se ubica en la nube, se puede sacar partido de todas sus ventajas sin la necesidad de moverse de casa. El progreso y la humanidad se encuentran en una gran encrucijada por diversas razones. ¿Por qué no ayudar a las personas a descubrirse y desarrollarse desde la comodidad y seguridad de sus propios hogares?.
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Fuentes:
https://www.entrepreneur.com/article/287310
https://www.marlborough.org/news/~board/stem/post/five-benefits-of-entrepreneurship-education-to-students
https://www.aspeninstitute.org/blog-posts/schools-teach-entrepreneurship/